Cómo dejar de sobrepensar

(evitar los pensamientos en bucle)

Sobrepensar es algo que nos resta mucha calidad de vida. Sin embargo todo lo que tratamos de hacer para evitarlo parece agravar el problema.

Quiero compartir contigo una nueva manera de ver esos pensamientos en bucle para dejar de sobrepensar y empezar a vivir. Vamos con ello.

 

Lo que no hay que hacer:

Hay varias cosas que solemos intentar para dejar de sobrepensar. La primera es tratar de razonar con esos pensamientos. Combatimos los pensamientos con otros pensamientos ya que muchas veces esos pensamientos no tienen sentido racional. Entrando en un bucle infinito que no tiene fin. Sin embargo la racionalización es una ratonera sin salida.

Otra estrategia que solemos usar es la supresión de esos pensamientos. Básicamente no hacerles caso cuando aparecen. Puede que empecemos a pensar que podríamos haber hecho algo de manera diferente, o pensamos en cosas que podrían ocurrir en un futuro respecto a un problema que tenemos. Si en el momento que aparecen los ignoramos seguramente se vayan acumulando hasta que salgan todos de golpe.

La distracción o pensar en otra cosa es la tercera estrategia que usamos. Básicamente como esos pensamientos nos ponen incómodos o incluso nos enfadan, tratamos de no mirarlos y de hacer otra cosa. Ocupar la mente con otra actividad. Pero realmente ahí volvemos nuevamente a no entender la función de esos pensamientos.

 

La alternativa:

Lo cierto es que si aparecen pensamientos de cualquier tipo es por algo. La idea no es utilizar la razón para combatirlos o entrar en un debate absurdo e infinito. La idea sería escuchar esos pensamientos, curiosearlos y ver qué emoción hay detrás de ellos.

Siempre digo que sobrepensar es un mecanismo de defensa para evitar sentir. O lo que es lo mismo: Sobrepensar es una señal de que estamos infrasintiendo algo.

Si por ejemplo tenemos pensamientos en bucle sobre una presentación que tenemos que dar, lo más probable es que tengamos miedo o estemos nerviosos. Y lo que deberíamos hacer es validar esa emoción y tratar de calmarnos.

Otro ejemplo sería si no paro de rumiar una conversación que he tenido con mi jefe y que me ha enfadado mucho. Me quedo enganchado en esa emoción y no salgo. Cuando realmente detrás de ese bucle de pensamiento y de ese enfado hay una persona dolida a la que le han sobre pasado un límite. La respuesta sería tener una conversación con esa persona, expresar esa vulnerabilidad y básicamente expresar ese enfado de alguna manera.

 

La próxima vez que sobrepienses prueba a escuchar esos pensamientos, con curiosidad, viendo a ver qué emoción esconden.

Después siente esa emoción, escúchate y toma la acción que sea necesario para aliviar ese sufrimiento.

Esa es la manera de romper el bucle.

¡Feliz sábado!