"Todo el mundo sabe que el deporte es bueno"

(pues depende...)

Todo el mundo “sabe” que el deporte es bueno para tu salud. Pero… ¿realmente es siempre así? Vamos a diferenciar deporte de actividad física y dar ciertos matices a esa frase. Además de ver cuando el deporte (y la actividad física) pueden convertirse en un problema.

 

Deporte o actividad física:

Lo cierto es que el deporte es actividad física, pero no toda actividad física es deporte.

El deporte sería aquella actividad física que cuenta con normas y suele implicar competición. Pero actividad física será cualquier movimiento que realicemos con nuestro cuerpo y que requiera de cierta demanda.

De esta manera el fútbol, el tenis, o el golf serían deportes. Y subir escaleras, ir al gimnasio o la bailar serían actividad física.

Y aquí además habría que hacer un inciso, ya que el deporte de alta competición o profesional no tiene nada que ver con el deporte amateur. Las intensidades, las cargas de trabajo, y los efectos que pueden llegar a tener en el cuerpo pueden ser incluso perjudiciales cuando hablamos de llevar el cuerpo al máximo. Pero incluso la actividad física y el deporte amateurs pueden traer complicaciones.

No es oro todo lo que reluce.

 

Vigorexia

El primer ejemplo claro donde puede haber complicaciones es en la dismorfia corporal o vigorexia. En este trastorno la persona nunca se ve lo suficientemente fuerte, grande o delgada. Llevándole a realizar deporte de forma compulsiva y pudiendo afectar gravemente a su salud debido al sobre entrenamiento que finalmente puede acabar en problemas metabólicos o en una lesión.

Es importante saber desde qué lugar hacemos deporte o actividad física. Si es desde un lugar de cuidado, superación o salud no corremos peligro, pero el objetivo de la estética, la obsesión y la carencia son lugares desde los cuales la práctica del deporte o la actividad física puede traer complicaciones muy serias.

 

Deporte y actividad física como anestésicos:

Y siguiendo un poco con la línea del punto anterior, muchas personas hacen deporte o actividad física para “manejar el estrés”. De este modo, lo convertiríamos en una especie de ansiolítico o antidepresivo natural y por tanto quedaría blanqueado por la sociedad.

Al fin y al cabo solo estamos haciendo deporte ¿verdad?

No digo que haya algo malo en realizar deporte o actividad física para estar más regulados emocionalmente y cuidar nuestro cuerpo y mente. El problema surge cuando tapamos problemas profundos y estructurales que nos pueden estar afectando, anestesiando nuestras emociones para no enfrentarlas y por tanto abandonarnos.

Esto me pasaba mucho cuando tenía un día con mucho estrés, o me sentía de bajón yo sabía que después de hacer ejercicio me sentiría bien. Pero claro, si eso impide que pueda conectar conmigo mismo y mis necesidades pues tenemos un problema que puede hacerse cada vez más difícil de solventar.

 

Como ya he hablado en muchas ocasiones, no es gratis ignorar nuestras emociones. Éstas se acumulan en nuestro organismo sobre cargando nuestra sistema nervioso como si fuese una olla a presión. Y tarde o temprano aparecen problemas de salud más grave como dolor, mareo, fatiga, o afectaciones cardíacas o autoinmunes entre otros.

Cuidémonos desde la consciencia. Sin perdernos de vista.

Un fuerte abrazo y feliz sábado.