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El problema con las etiquetas diagnósticas. (TDAH, PAS, ansiedad, fibromialgia)
Cuando vamos al médico tenemos muchas ganas de que nos digan qué nos pasa. Que se alivie esa ansiedad provocada por la incertidumbre que nos da el tener síntomas y no saber por qué.
Sin embargo esos diagnósticos que nos dan a veces pueden ser más un problema que una solución.
Vamos a ello.
TDAH:
Empiezo con este porque me parece que está muy de moda sobre todo en población juvenil. Se podría hacer un libro entero sobre el TDH, sus implicaciones o fisiopatología. A este respecto os recomiendo el libro de Gabor Mate: Mentes dispersas.
Realmente los criterios diagnósticos del TDAH son complejos de identificar. Y nos hacemos la pregunta de si no estamos patologizando algo que es normal.
Los niños se aburren y no son capaces de canalizar la energía desbordante que tienen además de su creatividad sin límites. Influye también el sueño y la disminución de la calidad del mismo, por lo cual los niños se “Hiperactivan” como mecanismo de compensación para no quedarse dormidos en clase.
Esos niños “difíciles” al analizar el entorno nos podemos hacer una idea de por qué están hiperactivos. Además normalmente no cuentan con adultos regulados emocionalmente a los que puedan recurrir y lo único que reciben es juicio, crítica, y una etiqueta que les acompañará de por vida. Limitando su participación en el mundo y creando un estigma con sus compañeros.
PAS:
He querido incluir esta etiqueta porque si no teníamos suficiente con la clasificación de diagnósticos que damos los profesionales, esta etiqueta te la puedes poner tú sin tener que pasar por un profesional sanitario.
Realmente es una etiqueta (Persona altamente sensible) que cuenta con contradicciones en sí misma y que no nos ayuda tampoco a superar nuestros problemas o hacernos responsables de los mismos.
La premisa es esta: “El mundo debe adaptarse a mí porque yo soy especial, soy PAS”
Y ojo, yo no digo que no haya neurodivergencias o diferencias en nuestro modo de procesar la información en el mundo.
Pero lo que me preocupa de esta etiqueta es la falta de responsabilidad que implica. Nos da una explicación que nos dice que somos diferentes y hace que nunca seamos responsables de aquello que nos pasa.
Lo que habría que mirar es por qué una persona cuenta con esa alteración del procesamiento sensorial y si puede tener que ver con su historia vital y desregulación del sistema nervioso. De lo cual habría que responsabilizarse.
Ansiedad:
Esta etiqueta me encanta porque todo el mundo la usa. Lo curioso es que nadie se pone de acuerdo con el tratamiento y como ayudar a estas personas.
Es posible que te digan que tienes que tomar pastillas de por vida. Otras personas te dirán que tienes que meditar, hacer respiraciones y estar más tranquila.
Y con todo esto nos olvidamos que la ansiedad es el síntoma. Es la punta del iceberg pero seguro que hay muchísimo detrás.
Lo que yo me intento preguntar es qué hay detrás de esa ansiedad. ¿Es simplemente miedo el cual estamos patologizando pero que es completamente normal? ¿O es el resultado de un conflicto interno el cual se expresa con esa ansiedad?
Fibromialgia:
Podría seguir eternamente con las diferentes etiquetas diagnósticas. Pero voy a terminar con la de fibromialgia.
Para los que no estén familiarizados con ella, es una etiqueta que se les da a las personas que acuden al médico con fatiga que persiste en el tiempo y dolor articular y muscular en todo o casi todo el cuerpo.
Vuelve a ser un cajón de sastre en el cual también se estigmatiza a la persona que padece y se vuelve a tratar solamente el síntoma, sin pensar en la causa real del problema.
Se le ofrecen antiinflamatorios, antidepresivos, ansiolíticos, antiepilépticos y opioides entre otros sin atajar el problema y mermando la calidad de vida de la personas que sufre.
El problema es que debemos cambiar la mirada. La forma en la que miramos al paciente.
Debemos dejar de ver únicamente sus síntomas y pensar de forma sistémica para poder solucionar los retos de salud que tenemos en nuestra sociedad. Teniendo en cuenta aspectos como el sueño, la alimentación, hábitos alimentarios, pero también la historia de la persona, el entorno en el que crece y se desenvuelve y en definitiva del marco epistemológico que tenemos como sociedad y cultura.
Con esto solo espero que crezcamos en consciencia para evitar más sufrimiento innecesario.
Un fuerte abrazo y feliz fin de semana 😊