La cara oculta del autocuidado.

(no es bonita).

Actualmente se habla mucho de autocuidado.

Pero ¿entendemos realmente lo que significa el autocuidado?

¿O vemos sólo la cara bonita?

Te quiero hablar de la cara oculta del autocuidado que aunque sea desagradable es igualmente necesaria.

 

La cara bonita del autocuidado

La cara bonita del autocuidado es aquella que vemos en instagram. Son los spas, los skin care, los baños, las afirmaciones positivas en el espejo etc…

Aquí hablaríamos de esa cara más superficial aunque la cara bonita también incluye dejar de exigirnos, tratarnos con más cariño y practicar la autocompasión.

Sin embargo toda esta parte sigue siendo la parte bonita. De la que se puede hablar con todo el mundo y nadie te va a juzgar por ello.

Esta parte, aunque no siempre sea fácil, es más sencilla que la otra cara de la que voy a hablar. Ya que no nos da miedo y no nos produce ningún conflicto con el entorno.

Digamos que nos mantiene en nuestra zona de confort a pesar de que requiera de tiempo, energía y atención.

La otra parte sería la cara oculta del autocuidado, esa que da miedo, nos pone incómodos y seguramente nos cueste muchísimo más.

La cara oculta del autocuidado

El autocuidado tiene otra cara, una cara oculta que es más desagradable y difícil de abordar.

Esta cara oculta incluye poner límites, tomar decisiones difíciles, confrontar a personas, hacer cambios vitales que asustan y básicamente luchar por nuestras necesidades y anhelos.

De nada nos sirve tener rutinas eternas de “autocuidado” en las cuales nos decimos que nos queremos si luego no nos lo demostramos.

Lo cierto es que amar es un verbo por algo. Y muchas veces va a requerir enfrentarnos a cosas que nos dan miedo. Ya sea de nuestro pasado, presente o futuro.

Ejemplos de este autocuidado pueden ser:

- Romper una relación sentimental que ya no te ilusiona o que te hace daño

- Cambiar el curso de tu carrera porque han cambiado tus prioridades

- Enfrentarte a la incertidumbre o al miedo al rechazo para expresar tu opinión

Todas esas cosas nos ponen nerviosos, nos asustan. Y es normal. Pero no podemos decir que nos amemos incondicionalmente mientras seguimos tolerando situaciones que son perjudiciales para nosotros.

Imaginaros que yo le digo a mi hermana que la quiero. Pero luego cuando llega la hora de la verdad y alguien se mete con mi hermana o van a hacerle daño yo me escondo o miro hacia otro lado. ¿Estoy demostrando amor? ¿La estoy realmente cuidando?

 

El equilibrio entre ambas

Esto que te comento lo veo a diario en consulta. Personas que tienen las rutinas más largas de “autocuidado” y que incluso hacen ejercicio y cuidan su salud. Pero que al mismo tiempo están soportando situaciones horribles y mirando hacia otro lado.

El primer paso es mirar a nuestro sufrimiento, saber qué necesidades no cubiertas tenemos, y finalmente tomar acciones para cuidarnos. Si, aunque sea incómodo. Si, aunque de miedo. Si, aunque sea peligroso.

Recuerda que amar es acoger y combatir.

Acogernos con autocompasión, cariño y respeto.

Y combatir por nuestras necesidades y sentimientos. Porque importan.

 

Un saludo y que tengas un día maravilloso cuidándote.