La importancia de hacer un duelo.

Ahora que vuelvo a escribir se agolpaban las ideas en mi cabeza. Sin saber muy bien cual elegir, así que me decidí por algo que tengo ahora mismo muy presente.

La pérdida y el duelo que debemos hacer para procesar lo que ha pasado y lo que ya no está.

Yo mismo he sufrido una pérdida reciente y por eso creo que me será sencillo escribir desde la experiencia.

 

La función del duelo

En nuestra sociedad parece que tenemos una fobia a todas las emociones entendidas como “negativas”. Simplemente por el hecho de que son desagradables y porque tenemos mucha facilidad para taparlas.

Además nadie mostraría su proceso de duelo en redes sociales por no ser instagrameable.

Pero las emociones que aparecen cuando tenemos una pérdida son naturales y completamente normales.

Esas sensaciones de tristeza, de vacío y de apatía aparecen para que nos paremos y procesemos la pérdida. Para que pensemos en aquello que hemos perdido y podamos generar un recuerdo, a ser posible bonito, que recordemos e integremos en nuestra historia de vida.

En nuestra sociedad tan frenética se hace casi imposible hacer un buen duelo si no es de forma consciente, ya que enseguida nos vemos envueltos en la vorágine del día a día.

Y aunque podemos compartir un proceso de duelo con otras personas, el duelo es algo que realiza uno en la intimidad. Porque los recuerdos y por tanto la pérdida es única para cada persona.

Las fases del duelo:

Hayamos perdido una mascota, una relación de pareja o un familiar, las fases del duelo suelen ser más o menos las mismas. Aunque no tienen que seguir un orden concreto ni tener una duración específica.

1. Negación: Se trata de un mecanismo de defensa para no sentir las emociones desagradables que de alguna manera sabemos que vendrán. Además se puede volver a esta fase en cualquier momento.

2. Ira: Aquí empezamos a sentir y a ver la realidad y no nos gusta. Maldecimos a la vida por lo que ha ocurrido y nos empezamos a remover emocionalmente.

3. Negociación: En esta fase vamos aceptando la nueva situación y dejamos paso a una tristeza profunda.

4. Depresión: Básicamente una tristeza profunda que nos permite llorar la pérdida, recordar los buenos momentos y empezar a reorganizar nuestra vida e historia narrativa. Para mí sin duda la etapa más difícil.

5. Aceptación: Finalmente llegamos a una aceptación de la pérdida y podemos seguir con nuestra vida. Sigue quedando un recuerdo triste por la pérdida, pero ya no es algo desgarrador. Quizás incluso puedes mirar hacia esos recuerdos bonitos y sonreír.

Lo que no hay que hacer

Muchas personas se quedan en la negación de forma perpetua, alargando el duelo de forma indefinida.

Hay mil maneras de tapar la emocionalidad asociada a un duelo:

- Actividad constante

- Drogas/alcohol

- Atracones de comida

- Viajes

Sin embargo esto solo hará que el duelo dure más tiempo.

Por desgracia un duelo es de estas cosas que solo se pueden pasar de frente, sin trucos, sintiendo el dolor y haciendo lo que nos pide el cuerpo: Parar y recomponernos.

Nos cuesta mucho aceptar nuestra vulnerabilidad, y tratamos de poner buena cara siempre. Pero negar tus emociones no hará que se vayan. Simplemente se estancarán en el fondo de nuestro corazón.

Por terminar con una nota positiva he de decir que los duelos se pasan si nos atrevemos a sentir todas las emociones desagradables. Las heridas cicatrizan si les damos consciencia.

No tengas miedo a decirle a tu entorno que estás triste. Pero asegúrate de que sean personas que sepan acoger la tristeza. Ya que a muchas personas les incomoda.

A mí personalmente lo que más me ha ayudado para superar la pérdida es apoyarme en personas que no les asusta mi tristeza y luego poco a poco ir exponiéndome más a mi soledad. Estando conmigo y procesando lo ocurrido.

Un fuerte abrazo y feliz sábado.