Lo que la migraña me enseñó.

5 lecciones después de padecer migrañas durante 15 años.

Tuve migrañas durante 15 años. Me obsesioné con el problema y con ponerle solución y a día de hoy ya no tengo migraña.

Quiero compartir contigo lo que aprendí de la migraña y como cambié como persona.

Aquí van las 5 lecciones que me dio la migraña:

 

1. El dolor no es solo dolor:

Se habla siempre de la migraña como un dolor de cabeza primario de origen genético e incurable. Que además sus fluctuaciones son aleatorias.

Aprendiendo sobre el dolor y mis migrañas llegué a la conclusión de que la migrañas no eran para nada aleatorias y que encontraban su explicación en la represión de mis emociones, el maltrato hacia mí mismo y el no escucharme.

El dolor no era sólo dolor. Era una llamada de atención.

 

2. El cuerpo lleva la cuenta:

Aunque tu mente crea que puedes hacer algo. Que puedes seguir adelante sin parar, o que puedes con todo sin pedir ayuda. Aunque tu seas capaz de ignorarte a ti mismo el cuerpo lleva la cuenta.

Y tarde o temprano el cuerpo acaba diciendo que no por ti. Tu cuerpo pondrá límites en forma de una migraña. Un nuevo toque de atención y un intento para que te priorices.

 

3. No te obligues a hacer cosas que no quieres hacer:

Cada migraña me enseñaba algo de mí mismo y evidenciaba que mi forma de estar en el mundo me estaba haciendo daño.

Cada vez que hacia algo que no quería hacer pero ignoraba mis preferencias, aparecía resentimiento e ira, las cuales reprimía y tarde o temprano aparecía una migraña.

 

4. Los desencadenantes no son el problema:

Los famosos desencadenantes no siempre tenían sentido.

Lo cierto es que si hubiese querido buscar desencadenantes físicos podría haber seguido hasta el infinito: El ejercicio, el chocolate, el alcohol, el frío, el calor, dormir poco, dormir mucho…

En un momento dado dejé de lado la vida de monje y entendí que los desencadenantes eran solo la gota que colma el vaso pero no son los culpables de mi dolor de cabeza.

Recuperé mi vida convenciendo a mi cerebro de que esos desencadenantes famosos no eran el problema.

 

5. Expresa siempre lo que sientes y escúchate:

Muchas veces me callaba lo que pensaba, no sabía decir que no, y acumulaba esa ira hasta que aparecía una migraña.

La migraña me enseñó que es importante expresar lo que siento aunque eso pueda significar perder algún vínculo.

El conflicto es una parte de la vida. Y que puedas hacer algo y tragarte tus emociones… nos significa que luego no vayas a pagar la factura.

 

En resumidas cuentas. Cuando me di cuenta que la migraña no tenía que ser para siempre empecé a cuestionarme la relación que tenía conmigo mismo y con los demás.

Cambiando en definitiva la persona que era y mi vida por completo.

La migraña me enseñó:

- El dolor no es solo dolor, siempre hay sufrimiento detrás.

- El cuerpo lleva la cuenta de todo lo que vas acumulando.

- Mis preferencias también son válidas y debo escuchar mi voz

- Los desencadenantes son solo la gota que colma el vaso, no son peligrosos.

- Todo lo que reprimas tiene un efecto. Trátate con respeto.

 

La migraña me enseñó a confiar más en mi mismo y en la vida. A escuchar mis preferencias y atender mis necesidades. Me enseñó que la ira no es algo que tenga que tragarme si no algo que puedo expresar cuando se sobrepasan mis límites.

La migraña me hizo volver a conectar conmigo mismo desde el amor y la compasión.

Y aunque no puedo decir que estoy agradecido de haber tenido migraña… Si diría que no sería la persona que soy hoy en día si no hubiera tenido migraña.