¿Por qué las personas van a curanderos?

(y otras pseudociencias)

Siendo profesional de la salud siempre me ha fascinado ver como las personas acuden de forma sistemática a diferentes pseudoterapias.

Al principio me enfadaba mucho y no lo entendía. Pero dejé mi ego a un lado y empecé a tener curiosidad por la situación.

Te cuento las conclusiones a las que llegué:

 

Los sanitarios estamos fallando en algo:

A la primera conclusión a la que llegué fue que los sanitarios debemos estar haciendo algo muy mal para que las personas se pongan en manos de curanderos, brujas o chamanes.

Y en realidad es algo muy objetivo que nuestro sistema sanitario no da salida a muchas personas que tienen enfermedades o síntomas persistentes.

Nuestro modelo de actuación es insuficiente puesto que tenemos eternas listas de espera y las personas literalmente NO se curan.

Creo que ya se nos ha acabado el chollo de culpar a las personas. Nadie quiere estar enfermo y estar sufriendo por voluntad propia.

Si nuestro sistema sanitario falla será por algo. Y seguramente sea porque hay algo que se nos escapa y porque no estamos siendo eficaces para ayudar a las personas que sufren.

 

Los curanderos cubren una necesidad:

Una vez me di cuenta de que algo estábamos haciendo mal, me hice la pregunta de qué podrían estar haciendo mejor o diferente las diferentes personas que practicas pseudoterapias para que consiguiesen que las personas acudiesen a ellas.

Está claro que las diferentes pseudoterapias no cuentan con conocimientos superiores o más técnicos. Ya que la medicina ortodoxa debería ser la más puntera en este aspecto en cuanto a evidencia científica.

Tampoco puede ser que cuenten con mejores aparatos o tecnología, puesto que nuestro sistema sanitario cuenta con una inversión económica muchísimo mayor y dispone de más medios que cualquier persona independiente que promueva una pseudoterapia.

Entonces… si no es por conocimientos y tampoco por tecnología…¿Qué podrían estar haciendo los curanderos?

Entonces caí… los curanderos tienen mucha clientela y superan a nuestro sistema sanitario porque ESCUCHAN a las personas que están sufriendo.

Y no solo eso, las escuchan, las validan, y básicamente tratan con la persona.

Quizás con conocimientos erróneos. Pero lo cierto es que aunque sea acompañan a las personas en su sufrimiento con más empatía que nuestro masificado sistema.

Y es que… debemos recordar que las personas que vemos en consulta están sufriendo y lo que necesitan primero es que alguien les mire a los ojos, les coja de la mano y les diga que no están solos.

Lo cierto es que para ser mejores profesionales a veces basta con ser mejores personas.

Detrás de tanto tecnicismo, tanto conocimiento y tecnología hay una falta de humanidad increíble.

 

Humanización de la sanidad

Entonces quizás si queremos ofrecer mejor atención y que las personas no se expongan a prácticas pseudocientíficas lo único que hace falta es que seamos más humanos y que humanicemos nuestro sistema sanitario.

Dejemos de ver simplemente órganos, partes del cuerpo y moléculas y empecemos a tratar lo realmente importante: Las personas.

Últimamente me asusta y me entristece la gran falta de humanidad que hay en nuestra sociedad.

Desde aquí hago un llamamiento a que recuperemos nuestra humanidad. Que nos resistamos a un mundo que va cada vez más rápido y ve a las personas como un producto.

Estoy seguro de que otra sanidad es posible. De que otra sociedad es posible. De que otra forma de ver la vida es posible.

 

Un fuerte abrazo y feliz sábado.