- Antifrágiles
- Posts
- Qué relación hay entre nuestra salud mental y el dolor.
Qué relación hay entre nuestra salud mental y el dolor.
(y otros síntomas)
“Será la ansiedad” “Estás muy estresada”. ¿Cuántas veces habremos oído esas frases en consulta cuando vamos por un dolor ya sea de cabeza o de alguna parte del cuerpo?
Lo cierto es que muchas veces tenemos dolores que no se explican por una rotura o una enfermedad específica. Esto nos confunde mucho a profesionales y a pacientes, creando una sensación de incomprensión y de frustración.
Cuando las pruebas diagnósticas no parecen indicar una causa para el dolor nos quedamos en tierra de nadie y salimos del paso echándole la culpa al estrés o a la ansiedad.
Pero esto no ayuda y solo aumenta la frustración y en muchos casos la culpa. Sobre todo cuando la palabra “psicológico” aparece en la consulta.
No sufrimos porque queramos sufrir. Y es imposible auto-generarse dolor con la mente.
Sin embargo, hay ciertos mecanismos que pueden estar jugando un papel y facilitando una sensibilización del sistema nervioso.
Voy a hablar de la relación que existe entre la salud mental y el dolor físico. Y como podemos salir de ese callejón sin salida cuando vamos a la consulta de un especialista y parece que “no tenemos nada”.
Alostasis y dolor
Si me sigues desde hace tiempo seguro que ya habrás leído sobre el término alostasis. Se trata de una palabra que se empezó a utilizar para explicar cómo los organismos responden ante los estresores mantenidos en el tiempo generando carga alostática.
Esas adaptaciones pueden afectar a los diferentes sistemas de nuestro cuerpo. Por ejemplo, si tenemos ciertos estresores en la piel mediante el roce y el uso de las manos acabaremos generando callos. De la misma forma, si vivimos constantemente bajo un estrés de bajo grado ya sea por nuestro entorno, situación social, o factores psicológicos como la autoexigencia, nuestro sistema nervioso también genera ciertas adaptaciones.
Es posible que cada vez nos cueste más dormir o que nuestro sueño no sea reparador. Esto se debe justamente a esas adaptaciones alostáticas que hace nuestro organismo. Nos mantiene en alerta por la posibilidad de que aparezca una amenaza. Es posible que además desarrollemos un cerebro que está muy alerta a los diferentes estímulos y que se produzca una sensibilización del mismo. Facilitando la aparición de dolor.
Todo es mucho más complicado de lo que parece y es que la carga alostática tiene un efecto en muchos sistemas y tiene un efecto acumulativo con los años. El estado en el que esté nuestro organismo cambia la sensibilidad, la activación muscular, la postura, y otros factores que pueden tener relación con el dolor.
Esto respondería a la pregunta de por qué puede que tengamos dolor en diferentes zonas del cuerpo y los profesionales sanitarios nos digan que no tenemos nada. Realmente si que tenemos algo: Una desregulación del sistema nervioso y una sensibilización del mismo.
La buena noticia es que con la guía adecuada y haciendo un buen tratamiento podemos revertir este proceso reduciendo la carga alostática. Pero seguramente el foco de ese tratamiento no sea el dolor.
Hipervigilancia, catastrofismo y otros bucles:
Añadido a la carga alostática, hay otros mecanismos que se ha visto a nivel científico que pueden facilitar la perpetuación del dolor y otros síntomas.
El prestar excesiva atención a la sintomatología, y que además nos genere mucha preocupación genera ciertos bucles de retroalimentación. El catastrofismo también es un problema ya que retroalimenta la misma hipervigilancia.
Si no tenemos una adecuada información sobre nuestra patología puede que esos bucles se hagan cada vez más potentes y que vayamos reduciendo la calidad de vida y evitemos actividades.
Por eso es tan importante ponerse en manos de un profesional que esté actualizado en estos avances de la neurociencia.
Cuál es la solución:
Lógicamente estos problemas tan complejos requieren que busquemos ayuda profesional. Aunque es verdad que es difícil saber qué profesional podría ayudarnos. Por eso yo siempre recomiendo a los pacientes que se fijen en si el profesional tiene una visión sistémica de la salud. Si tiene en cuenta nuestro entorno social, situación económica, realidad emocional etc… Esto nos puede dar una pista de si es un profesional actualizado. Y no importa de qué especialidad estemos hablando.
El proceso de recuperación requiere de la reducción de la carga alostática y al mismo tiempo una exposición gradual a los síntomas rompiendo los diferentes bucles de retroalimentación que están perpetuando el problema.
Sea como sea, solo quería mandar un mensaje de esperanza para las personas que están en su proceso de recuperación.
Si algo tiene el cerebro es la capacidad de aprender y cambiar a lo largo de toda la vida. Por tanto aunque tengamos síntomas desde hace mucho estos son reversibles.
Un fuerte abrazo.