¿Se puede evitar el estrés?

Spoiler: No. Pero si que tiene solución.

“Evita el estrés” es la típica recomendación que nos da el médico cuando tenemos ciertas patologías.

Sin duda es una solución infantil que además fragiliza a las personas.

El estrés no se puede evitar porque forma parte de la vida. Pero sí que podemos hacer algo respecto a ello.

 

Manejar el estrés:

Podríamos definir el estrés como el conjunto de reacciones fisiológicas que genera nuestro organismo frente a situaciones adversas o que suponen un desafío.

Más concretamente podríamos decir que es la respuesta de lucha o huida que se activa en situaciones de amenaza.

Pero claro, no podemos evitar todos los estímulos amenazantes ya que no solo es imposible si no que además no seremos nunca felices. Ya que muchas cosas que deseamos requieren que soportemos cierto grado de estrés.

Se habla mucho del manejo del estrés, de cómo gestionarlo. Utilizando la meditación, la respiración, el ejercicio e incluso fármacos u otras sustancias para modificar su intensidad.

El problema de todo esto es que no estamos yendo a la raíz de lo que nos ocurre.

¿Por qué unas personas se estresan más que otras? ¿Por qué me estreso tanto? ¿Se puede cambiar esa facilidad para estresarnos?

Todas las respuestas residen en la relación que tenemos con nosotros mismos y la relación con el entorno. Vamos a ello.

Relación con uno mismo:

Aquí hablamos básicamente de cómo nos tratamos en el día a día. ¿Atendemos nuestras necesidades? ¿Nos exigimos más de lo que podemos dar? Básicamente hay ciertos hábitos que adquirimos con nosotros mismos que facilitan que generemos estrés interno.

La autoexigencia, la autocrítica, la falta de límites, el poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras, el perfeccionismo… son algunas de las maneras en las que aumentamos nuestros niveles de estrés en el día a día.

Fijémonos que todos esos “hábitos” que tienes contigo mismo no tienen por qué ser fijos. Y además todos y cada uno de ellos vienen por ciertos miedos que tenemos que no hemos solucionado o no estamos escuchando.

La autoexigencia puede que venga por el miedo al fracaso.

La falta de límites por el miedo al conflicto.

Entonces la solución reside en cambiar como nos tratamos a nosotros mismos. Escuchando nuestros pensamientos obsesivos, curioseando a ver qué emoción encontramos y qué vulnerabilidad hay detrás. Solo así seremos capaces de reducir la ansiedad.

Por ejemplo: Si tengo ansiedad social y eso me genera mucho estrés. No puedo simplemente hacer respiraciones o seguir exponiéndome a situaciones sociales hasta que se me pase. Tendré que indagar en mí mismo y ver que detrás de esa ansiedad social lo que tengo es un miedo a no ser suficiente, o un miedo al rechazo. Entonces lo que haré será acoger ese miedo y hablarme con cariño. Diciéndome a mí mismo que si se cumple el peor escenario posible yo estaré a mi lado, que no me voy a fallar. O lo que sea que necesitemos. Todo reside en escuchar esa emoción y curiosearla.

 

Relación con el entorno:

El otro factor que nace del anterior es la relación con el entorno.

¿Qué tipo de ambiente hay en el trabajo? ¿Cómo son mis relaciones personales? ¿Me siento acogido, escuchado y validado?

Si nunca nos dejamos ayudar, o tenemos que estar siempre con la guardia en alto es normal que estemos constantemente con un nivel de estrés elevado.

Volviendo al tema de escuchar tus emociones. Uno sabe cómo se siente cuando está con ciertas personas. Busca la tensión, mira a ver por qué te pones a la defensiva con una persona determinada. Y busca relacionarte con personas que te hacen sentir seguro, querido y en paz.

Las personas que nos rodean son fundamentales para reducir nuestro nivel de estrés.

PD: Intentar cambiar a una persona también puede ser muy estresante.

Amor propio como solución al estrés:

Como conclusión, lo que quería transmitir es que el estrés no se puede evitar. Tampoco se puede manejar con técnicas milagrosas o medicamentos. La solución al estrés elevado es escuchar siempre nuestras necesidades y tratarnos con decencia y respeto. Como si fuéramos una persona que nos importa. No esperar a que el mundo exterior cambie si no crear ese cambio dentro de lo posible desde dentro. Dejando de ser tu peor enemigo.

 

Feliz sábado.