- Antifrágiles
- Posts
- Una alternativa a la autoexigencia.
Una alternativa a la autoexigencia.
Actualmente tenemos una sociedad en la que por el marco epistemológico las personas parece que valen por lo que tienen, lo que consiguen y lo que hacen en forma de experiencias de lujo.
Todo basado en nuestro modelo productivo sin límites que por supuesto es insostenible.
Esto genera ciertos mecanismos de adaptación a semejante entorno entre los que encontramos la autoexigencia.
Quiero hablarte de lo dañino que puede llegar a ser la autoexigencia y además presentar una alternativa para que nos pensemos 2 veces el caer en esta trampa.
El daño que hace la autoexigencia:
Al final la autoexigencia se convierte en un mecanismo de adaptación para los individuos que llegan a este mundo. Ya que aprenden que el amor y validación que recibimos del exterior es completamente condicional.
Solo nos quieren si damos la talla, si somos perfectos, si conseguimos cosas.
Entonces la premisa se convierte en: “Si me esfuerzo lo suficiente quizás algún día me quieran”.
Todo se ha vuelto una carrera por el logro, el éxito y la fama. Además con las redes sociales las comparaciones son odiosas. Y lo cierto es que rara es la persona que se siente satisfecha con su persona.
Esto es debido a que en redes sociales, además de mostrar imágenes distorsionadas de la realidad, siempre podemos encontrar una persona más guapa, más fuerte, más lista, con más posesiones materiales o con experiencias más exóticas en sus vacaciones.
El mensaje que nos taladra constantemente es el siguiente: “No hago lo suficiente, me estoy quedando atrás”. Miedo, insatisfacción y si, una profunda infelicidad.
Pero es que además para más inri, este modelo basado en necesitar siempre más, además de generarnos muchísima infelicidad es insostenible. Insostenible en un sentido ecológico, pero también a nivel de nuestra salud.
Porque solo podemos esforzarnos hasta cierto punto y durante cierto tiempo.
Sin duda esto lo estamos viendo con nuestro modelo productivo. Personas quemadas antes de cumplir 30 años, con crisis existenciales antes de los 40, y patologías graves que nos pueden llevar a la muerte o al consumo de fármacos de forma crónica antes de los 50 o los 60.
La alternativa:
Sé que lo he pintado todo un poco negro. Pero sabes que siempre intento poner algo de esperanza a este panorama.
Ya sea por los resultados tan malos que estamos teniendo o por la insatisfacción de cada vez más personas, nos estamos dando cuenta de que necesitamos un cambio que haga de nuestras sociedades lugares más agradables en los que vivir. Donde nos sintamos ya satisfechos con nuestro ser y no tengamos que estar compitiendo constantemente con las personas que nos rodean.
Esta alternativa sostenible es la compasión y la lealtad a uno mismo.
No seré yo quien diga que conseguir objetivos externos sea algo puramente negativo. Pero sí que creo que debemos hacerlo de una forma sostenible.
Si nos planteamos un objetivo económico, laboral, o físico debería estar basado en valores que nosotros mismos hayamos elegido. No aquellos que dicta la sociedad de consumo.
Los bienes materiales deben estar al servicio de las personas y no al revés.
Esto hará que tengamos una relación más sana con nosotros mismos y con los demás. Y además podremos disfrutar del proceso en vez de tener una obsesión por un resultado que además nunca nos deja satisfechos del todo.
Si te interesan estos temas te recomiendo leer “La sociedad del cansancio” de Byung-Chul Han que ilustra este panorama de forma magistral.
Estaré encantado de conocer tu opinión al respecto.
Muchas gracias por leerme y feliz sábado.